Carlos Montero, creador de “El desorden que dejas” o “Élite”, Premio OUFF Ourense 2024

 

Carlos Montero (Celanova, 1972) es uno de los grandes nombres del audiovisual nacional e internacional. Uno de los talentos más destacados de la factoría Netflix y creador de series que ya forman parte de la cultura popular. Una carrera en la que transita entre la creación literaria y la audiovisual en la que nunca olvidó su origen ourensano, volviendo la esta tierra para rodar la adaptación de su propia novela “Él desorden que dejas”, con la que ganó el premio Primavera de Novela 2016. En reconocimiento la esta trayectoria y a su impacto en la industria audiovisual el Ourense Film Festival (OUFF) le otorga el Premio Ourense 2024, un galardón que recogerá en la gala inaugural del festival, el día 27 de septiembre.

Montero comenzó su trayectoria del mundo de la televisión, en el que como guionista aparece en títulos como “Al salir de clase” (1997/1999), “Él comisario” (2000/2004) o “Maneras de sobrevivir” (2006/2007). Una de sus series de televisión más conocidas, de la que fue también creador, es el drama adolescente “Física o química” (2008/2011) un género que culminó con el proyecto “Élite”, de la mano de la multinacional Netflix, una serie que estrena ahora su octava y última temporada y que situó a Montero como un referente del género a nivel internacional. “Élite” es uno de los productos con más éxito en la historia de la plataforma de streaming.

En 2020 Carlos Montero regresó a Galicia para adaptar al audiovisual su propia novela, “El desorden que dejas”, de esta vez con la productora gallega Vaca Films. Una historia de misterio rodada en Celanova, con gran parte de las escenas en el IES de Celanova, centro en el que estudió el propio Montero. Toda una vuelta al hogar en la que contó como parte del elenco con Inma Cuesta, Bárbara Lennie, Tamar Nuevas o Aron Piper.

Carlos Montero, de Celanova para el mundo

Nacido en Celanova, en junio de 1972, en el seno de una familia íntimamente ligada a la fotografía -su abuelo Arturo Montero fue el primero fotógrafo profesional de Celanova, oficio que fue seguido posteriormente por suyo padre, José Luís, al frente de un estudio que aún hoy permanece abierto, si bien ahora con gerencia ajena a la familia-, creció en una villa con un más que evidente poso literario -los estudios de primaria los realizó en el Colegio Curros Enríquez y los de segunda enseñanza en el Instituto Celso Emilio Ferreiro, situado en el imponente monasterio de San Rosendo que preside y señala el transcurso vital de los celanovenses-, no resulta extraño que la imagen y la literatura –o al revés- acabaran alumbrando el camino que decidió seguir cuando marchó a Madrid para formarse en los principios de la comunicación y del audiovisual.

Allí coincidió con otros dos jóvenes, Mateo Gil y Alejandro Amenábar. Por sus arterias corrían ríos de ideas cinematográficas y con ellos se sumergió de lleno en un viaje que compaginaba la formación reglada con la formación empírica. Es decir, que eran capaces de asumir con fruición los secretos teóricos de la creación y narración de historias, con la práctica de su rodaje, de su montaje y casi de su promoción, hasta el punto de que estos dos llegaron a sacar a la luz sus obras prácticamente al mismo tiempo que cumplían el ciclo universitario.

Montero trazó un camino más lento y una vez finalizada la carrera comenzó a conjugar la redacción de guiones con la creación literaria más clásica, propuesta que culminó con la consecución del premio Primavera de Novela 2016 con la obra “Él desorden que dejas”. Para ese año su nombre ya formaba parte de las líneas de cabecera de series de televisión como “Al salir de clase”(1997/1999), “Él comisario” (2000/2004) o “Maneras de sobrevivir” (2006/2007) y, sobre todo, “Física lo química” (2008/2011), además de la película “Combustión” (2013), antes de dar el salto a la adaptación para televisión de la novela “Él tiempo entre costuras” (2013).

Con este bagaje a multinacional Netflix se se fijó en su currículo y con la productora de mano se centró en el desarrollo del proyecto “*Élite” que internacionalizó su nombre y que ahora encara su última temporada, no sin que de por medio (2020) había acometido una propuesta ciertamente singular y probablemente insólita en el mundo del audiovisual, como fue a transformar la novela “Él desorden que dejas” en una serie de televisión rodada parcialmente en el mismo Instituto Celso Emilio Ferreiro en el que comenzó de joven a ilusionarse con la magia del audiovisual, aunque transmutando su Celanova natal por “Novariz”, la villa imaginaria en la que probablemente reside su ego creativo y desde donde está acometiendo, silencioso, nuevos proyectos para la factoría Netflix.